Comunicación interna.
Paco se levantaba tarde como todas las
mañanas. Su estómago rugía y burbujeaba. Tres cervezas con un
puñado de cacahuetes no es lo que consideramos una cena sana y
nutritiva. Lavado de cara, afeitado con corte incluido en la mejilla
izquierda y cepillado de dientes con dentífrico de colores. Tras
mirarse al espejo, Paco se descubrió un grano en la barbilla. Tras
su no tupida barba de fin de semana un bulto repulsivo culminado con
un punto blanco hacía acto de presencia para rematar la no agraciada
cara de nuestro sujeto. Paco colocando sus índices a cada lado del
poro infectado empezó a empujar para lograr desalojar el pus que
bajo su piel provocaba un cierto dolor incómodo. Tras varios
intentos en los que dañaba con sus uñas la zona haciéndola
enrojecer, decidió dejarlo tranquilo y vestirse. De todos modos se
auto justificaba con un no se ve demasiado, apretando las comisuras
de los labios.
Botas, jeans y una camiseta verde
compusieron el atuendo del lunes. Una última pasada frente al espejo
para reconocerse como un tipo atractivo sin encanto y, listo para
salir a la calle. Ya estaba en su portal cuando una duda metódica le
cruzó la mente para dejarlo desconcertado. Volvió a subir los dos
tramos de escalera que lo separaban de su apartamento, repitiéndose
a sí mismo todo lo que había hecho, recordando cada acto. Un rápido
vistazo le permitió reconocer la corrección en el caos de su
inmueble. Su vejiga, entonces, le pidió una breve visita al
excusado. El diálogo entre su cuerpo y el inodoro fue interrumpido
al descubrir el tubo de pasta de dientes abierto. Con una sonrisa
perspicaz se convenció de que la razón de haber subido era, sin
duda,esa. Enroscó el tapón mientras se percataba del poco parecido
existente entre la foto de la pasta impresa sobre el tubo y la
sustancia que él se ponía casi diariamente sobre el cepillo de
dientes. Se distrajo cuestionándose sobre el origen de las rayas del
dentífrico, que siempre salen perfectas independientemente de cómo
estrujes o retuerzas el tubo, para terminar de orinar fuera de la
taza.. Con ese simple pensamiento rondándole la cabeza se marchó
apresurado a la oficina.